EL
MUNDO
1 octubre
2019
Tres
cosas que deberías hacer con urgencia para lucir una piel bonita en otoño
Luisa Valerio
Un mayor número de horas expuestos a la radiación solar, altas temperaturas, agua con
cloro, sal del mar, viento, aire acondicionado... Durante el periodo estival la
piel ha estado sometida a numerosas agresiones y es en esta época cuando
empiezan a percibirse las consecuencias. El otoño es la estación ideal para
recuperar la piel de los estragos del verano y el momento perfecto para realizar
una puesta a punto de la piel, que puede haber sido dañada, y llevar a cabo una
autoexploración y en caso necesario acudir a un especialista para una
valoración dermatológica, según aconseja la Academia Española de Dermatología y
Venereología (AEDV).
Aunque lo principal para evitar la acción nociva en la piel
del periodo veraniego "es hidratar a diario tras la jornada de playa,
montaña, etc. y aplicar un buen filtro solar por la mañana, renovándolo a lo
largo del día, si no se han seguido estas sencillas pautas, el efecto
'saludable' que nos aporta inicialmente el bronceado, va a ser muy poco
duradero, dando paso a una piel con pigmentaciones irregulares, opaca (sin
brillo) y seca", asegura Cristina García-Millán, miembro de la AEDV y
doctora en el grupo de Dermatología Pedro Jaén.
Los efectos menos
deseados
Las consecuencias más comunes y poco deseadas que se suelen
observar en la piel tras el periodo estival, aunque depende de la edad y el
tipo de piel, son deshidratación, recaídas de acné, manchas, formación de
arrugas, flacidez cutánea, alteraciones de la pigmentación... "En algunos
pacientes la piel puede verse más seca, tras el bronceado veraniego, por lo que
hay que aumentar la hidratación, específica para cada tipo de piel",
aconseja Millán.
Mientras que "las personas con tendencia a manchas
pueden ver estas acentuadas, sobre todo cuando se pierde el bronceado de la
piel no manchada. Para ello solemos recomendar emplear cremas con principios
activos despigmentantes suaves por la noche (ácido kójico, ácido retinoico, arbutina,
ácido azelaico, hidroquinona...), sin olvidarnos de
seguir con el protector solar diario por la mañana", continúa la doctora.
En cuanto a las pequeñas recaídas de acné se debe a que
"la epidermis se hace más gruesa de forma natural ante la exposición
solar, y al cesar el verano, aparecen más lesiones de acné. Podemos
anticiparnos a ello, con exfoliación suave y productos de uso nocturno con
ingredientes específicos (ácido salicílico, ácido retinoico, ácido
glicólico)", explica la doctora.
Por otro lado, aunque "el bronceado se pierde de forma
gradual, según las células de la epidermis que van siendo renovadas a lo largo
de un proceso que dura en torno a 28 días, "si no se ha obtenido
acompañándolo de hidratación diaria -que ayuda a mantener la cohesión celular y
la barrera natural de la piel- y filtro solar (que evita que las células sufran
daños), la duración del efecto moreno será menor y además podemos observar el
típico pelado", expresa Millán, que afirma que no es más que el reflejo de
un daño en nuestra piel, que se descama de forma irregular tras un exceso de
radiación solar. "Es aún muy frecuente pensar que la piel roja se
convierte en moreno, y así es, pero se trata de una quemadura leve, por lo que
el moreno será muy poco duradero, además de poco saludable", sigue la
doctora.
La piel más afectada habitualmente por los estragos del
verano suele ser la del escote y el cuello al tratarse de zonas mucho más
expuestas a la radiación solar. "El sombrero nos protege la cara, mientras
que estas zonas dejan de estar protegidas. El dorso de las manos y los labios
también son zonas que suelen verse afectadas tanto por el sol como por la
deshidratación secundaria a baños o actividades al aire libre", dice
Millán.
Algunas soluciones
Según la especialista, si durante las vacaciones nos hemos
descuidado un poco o queremos preparar de forma idónea la piel para el otoño
existen varias opciones con buenos resultados como "aumentar la
hidratación para fortalecer la barrera cutánea, una exfoliación suave,
incrementar la ingesta de antioxidantes... En caso de necesitar tratamientos
específicos se aconseja acudir al especialista, que puede proponer en función
del estado de la piel, mesoterapia con vitaminas, ácido hialurónico, plasma
rico en plaquetas, despigmentantes, luz pulsada,
láser, peelings...".
Pero siempre bajo el asesoramiento de un especialista, como
explica la doctora, ya que "de esta forma se ahorra tiempo y dinero,
puesto que lo que funciona para mí, puede no funcionar para mi amiga, por
ejemplo". En este sentido los dermatólogos pueden recomendar cuidados
cosméticos y tratamientos específicos de forma personalizada y en función de
las necesidades de cada paciente.
"En este momento en el que existe una gran demanda de
tratamientos y cuidados para la piel, así como una gran avalancha de
información y recomendaciones de todo tipo (no siendo todas veraces ni de
calidad) creo que es importante destacar la figura del dermatólogo, ya que
somos los especialistas en piel sana y piel enferma y sabemos cómo combinar
cosmética, tratamientos y fármacos si son necesarios. El paciente y consumidor
debe exigir rigor en este sentido.", manifiesta Millán.
Exceso en la
oferta
Una de las dificultades que se encuentran los pacientes en
muchas ocasiones es que desconocen cuál podría ser el tratamiento adecuado para
su caso ante el exceso de oferta en cuanto a cosméticos y técnicas. El doctor
Ricardo Ruiz, de la Clínica Dermatológica Internacional, en línea con su colega
de profesión, la dotara Millán, asegura que "lo primero es que para
mejorar la calidad de la piel no hay ningún tratamiento que valga para todos
los pacientes. Lo ideal es que el paciente sea valorado por un dermatólogo,
realizar un correcto diagnóstico de lo que se quiere trata y elegir el
tratamiento más adecuado. Incluso en ocasiones es conveniente combinar
tratamientos para conseguir resultados óptimos".
Ruiz sugiere que esta época es un buen momento para comenzar
un protocolo cosmecéutico personalizado.
"Nuestra fórmula antiedad, es decir, los cosmecéuticos
son cremas que contienen sustancias activas que mejoran la calidad de la piel
como es la vitamina C, derivados de la vitamina A como el retinol o el ácido
retinoico, los alfahidroxiácidos como el ácido
glicólico, etc", cuenta. Mientras que si existen
manchas o venas, según el doctor, lo mejor es el uso de láseres. "Si se
trata de un melasma o mancha hormonal lo ideal es
combinar productos despigmentantes que contengan
ácido retinoico e hidroquinona con láseres de baja energía, técnica denominada Clear Melasma", señala.
Para las irregularidades como arrugas o cicatrices,
considera el láser CO2 fraccionado como el láser CO2RE las mejores opciones.
"Se llama fraccionado porque a diferencia de los láseres antiguos, este no
lima totalmente la piel sino que produce microperforaciones
cutáneas dejando microespacios entre dichas microheridas.
Dichos islotes de piel sana permiten una cicatrización más rápida y una
ausencia de efectos secundarios como manchas o cicatrices residuales. Este láser
CO2 fraccionado es el ideal para mejorar arrugas del "código de
barras", de "patas de gallo" o bien cicatrices de acné",
apunta Ruiz.
Para revitalizar la piel apagada una limpieza en profundidad
con peeling e hidratación o la mesoterapia (inyección
de péptidos, vitaminas y ácido hialurónico) son dos buenas alternativas. Pero
si se desea redensificar la piel porque ha perdido
consistencia "podemos usar los minihilos de PDO
(polidioxanona). Estos hilos se implantan en la
dermis profunda mediante unas agujas muy finas e inducen la formación de
colágeno", indica.
Por su parte, la radiofrecuencia se emplea desde hace años
para dar más luminosidad a la piel y producir un sutil efecto tensado.
"Recientemente hemos incorporado a CDI Accent prima que combina el efecto
de la radiofrecuencia con los ultrasonidos".